PERSONALIDADES, MITOS Y AUTOCONOCIMIENTO

¿Qué relación tienes contigo? ¿Te conoces? ¿Tienes el mapa de tu personalidad? ¿Transitas por el camino de tu equilibrio, de tu ecuanimidad? ¿Para qué te serviría todo eso? ¿Para qué hago tantas preguntas? En otro artículo, hablaré sobre la importancia de hacerte preguntas, las preguntas socráticas antes que buscar y dar recetas; pero por ahora, el tema de este artículo como podrás adivinar, va sobre ti. Para todo ello se necesita primero que nada altas dosis de motivación. ¿Para qué quiero conocerme, para que sirve hacerme tantas preguntas? ¿Para qué recorrer el camino del autoconocimiento, de encontrarme a mi mismo, de vivir en armonía?

Es un camino que puede presentarse arduo, intenso y a veces hasta desesperanzador. ¿Y es bueno todo lo que ofrece, me servirá para vivir mejor, para relacionarme mejor y gestionar mis emociones conflictivas?

En las redes sociales suelen aparecer publicaciones donde se dicen frases como “dejemos de engañar a la gente con que se sentirán mejor, serán mejores personas, estarán más en paz, no sentirán el dolor, etc.”, como si los beneficios del coaching o de las terapias se explicaran al estilo de las promesas de un mala venta, y esto se ha convertido en una tendencia usual ahora que la información corre tan masiva y veloz por las redes sociales casi tanto como corren las emociones por nosotros.

Algunas técnicas de autoconocimiento se presentan como la verdad absoluta y su planteamiento resulta tan contradictorio como su intención.

Como ayuda para el autoconocimiento son útiles las herramientas que describen los tipos de personalidad, ¿podría ser que algunos de estos articulistas tengan un tipo de personalidad que funcionan principalmente instintiva y por lo tanto reactivamente?

Es interesante observar las publicaciones, comportamientos y estilos de todas y cada una y también las respuestas que debido a sus energías suelen atraer.

Por otro lado, ciertos sistemas de identificación de la personalidad tienden a etiquetar a las personas, y lo hacen en una suerte de caricaturas y personajes establecidos.

Y es que vale la pena puntualizar que con el eneagrama, dado su origen, en principio dedicado al trabajo espiritual y psicológico y específicamente en el caso de mi trabajo y el del coaching Esencial de Cris Bolívar, trabajamos para apoyar a la persona a librarse de la auto-imagen de su personalidad y acercarnos a la esencia que hay en todos nosotros, nuestro ser más intrínseco y esto lo hacemos alejándonos de las etiquetas y de los prejuicios. El buen uso del eneagrama siempre se inclinará a la trascendencia del ego, y no a ningunearlo como algunos reclaman enérgicamente. El ego es un Maestro, una llave que tiene la clave para nuestra evolución y aprendizaje y esta evolución no pasa por despreciarlo ni negarlo. Todo lo contrario, de lo que se trata es de acompañarlo, acunarlo, escucharlo y cuidarlo para así darle su lugar. Dejarle descansar de tomar el control haciéndole ver que ya no necesita protegernos de peligros primitivos.

¿Quiere decir esto que nunca más volveremos a sentir miedos? No. Esa es una de las presunciones erróneas que tanta efusividad despierta.

¿Que el miedo nos tiene que seguir controlando? No, otra vez. Siento miedo o cualquiera de sus emociones derivadas y elijo funcionar desde otra energía, mas ecuánime, neutra, lo más trascendida posible. Todo esto, claro está, si me conozco a mí mismo, cómo funciona mi personalidad y cómo puedo relacionarme lo más sabiamente posible con todas mis circunstancias.

¿Que puedo reaccionar impulsivamente bajo la influencia de una emoción? Sí, y puedo descubrir con ello que tengo todo el derecho a hacerlo, pero también después de aceptar esa emoción, puedo elegir qué hacer con ella y con mi reacción…y la belleza que hay en eso como dice Carlos González, la gracia, es el aprendizaje que puedo conseguir: No soy sólo una emoción, ni tan siquiera todas las emociones, no soy sólo instinto, ni tampoco sólo mente…

Y desde allí, desde mi conciencia, puedo elegir amarme, respetarme, desde la tranquilidad, y así hacer lo mismo con los demás, con el otro.

 ¿Significa que si no reacciono tranquilamente, no me amo? No. Tan solo que mi reacción emocional le ha ganado la carrera a mi discernimiento, a mi conciencia. Otro día podrá ser diferente. Sólo significa que mi tendencia a reaccionar bajo la costumbre de no amarme esta vez ganó la partida. La conducta –como nos dirían los psicólogos— puede tardar en cambiar. Mientras más practico más diestro me haré.

Para terminar por hoy, quiero pedirte que nada de lo que yo te diga, aquí o en otros escritos o publicaciones –incluso nada de lo que nadie más te diga— te lo tomes como una verdad absoluta, indiscutible y/o perpetua. Solo si resuena contigo lo podrás integrar a tu vida, a tu aprendizaje, si ese fuera el caso. La vida en su continuo movimiento y evolución puede darnos respuestas tan variadas y particulares como todos los cambios que ocurren en la naturaleza. De allí la importancia de la pregunta socrática para todo proceso de aprendizaje y auto-re-conocimiento. Siéntete libre de ser tú. A por ello si es lo que toca.

Artículo escrito por Lorelis Cova

El coaching Esencial es una marca registrada de Cris Bolívar