YO ME QUEDO EN CASA
Lorelis Cova. Coach, Coaching esencial personal, grupos y sistemas, Talleres de Empoderamiento, Autoconocimiento y Liderazgo. Talleres a medida para tu organización.
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YO ME QUEDO EN CASA

Responsabilidad y Coronavirus

Quédate en casa

¿Y si aprovechas la oportunidad del confinamiento forzoso para buscar dentro de ti?

Ante las circunstancias críticas que estamos viviendo, la solidaridad y la auto-responsabilidad son las condiciones que los expertos ven como las cualidades principales necesarias para sobrevivir. ¿Pero eso qué significa para la mayoría de nosotros que no estamos en primera línea de la pandemia? Para bien o para mal el gobierno, los expertos en sanidad y los sanitarios junto con la policía y el ejército son los grupos del país que están encarando la situación actual frente al coronavirus. El resto de los ciudadanos deberíamos acatar las sugerencias u órdenes de permanecer en casa y evitar así la desbocada propagación de este virus tan mortífero.

Y así lo hacemos una amplia mayoría, sólo nos queda la tecnología para continuar con nuestro trabajo y las redes sociales para satisfacer la importante necesidad de comunicación que tenemos, además de la familia si es el caso. Afortunados de esta tecnología. ¿Sí? ¿Y si no lo es? Me refiero a los mensajes de desahogo y desasosiego que algunos envían. También los modos y las formas que ocultan heridas no sanadas a nivel sociocultural.

Desde el punto de vista de las relaciones y la auto-responsabilidad me gustaría traer a colación la curiosa historia del creador del Hoponopono.

 

El Hoponopono es una práctica que fue creada por un psicólogo de Hawái que sanó a un pabellón de personas reclusas en un manicomio, sin ver directamente a ninguno de ellos, sólo buscando dentro de sí mismo cómo había creado esa situación en la que él se encontraba en ese momento, teniendo que dirigir esa institución en la situación en la que se encontraba. El personal presentaba una alta rotación debido a las condiciones de trabajo, los pacientes eran casos graves y las condiciones en general no eran las más idóneas para llevar a cabo la tarea para la que se suponía estaban trabajando.

Ante esta situación el terapeuta se recluyó a meditar y averiguar las propias actitudes, creencias, sentimientos y funcionamiento en general de su persona. Y tanto fue así que acabó cambiando la situación del sanatorio. Los enfermos se sanaban, el personal dejó de marcharse y la situación del mismo doctor cambió para siempre.

¿Con esta historia qué busco transmitirte? No es fácil analizarnos a nosotros mismos y buscar dentro las posibles causas de la realidad en la que nos encontramos. Es algo que tratamos de comunicar con mucho cuidado. Ya que lo más común es atrincherarnos y negar que podríamos tener algo que ver con las situaciones que se crean. ¿No te ha pasado que algunas veces las personas te ven como un dechado de virtudes, paciencia y tranquilidad y otros por el contrario te ven como un nervio y casi causante de todos sus males? De niña me preguntaba estas circunstancias. ¿Cómo es que unos te imputan una personalidad y otros otra diametralmente opuesta? Más tarde me encontré con la Ley del Espejo, o el efecto espejo. Casi siempre vemos en los demás aquello que no alcanzamos a ver en nosotros mismos, el llamado punto ciego del que hablan en psicología. En coaching, el esencial, con el que trabajo, gracias a la teoría  transpersonal principalmente de Carl Gustav Jung lo conocemos como la sombra. Esa parte de nuestra personalidad de la que renegamos porque nuestra familia y/o nuestro entorno no solía llevarse bien con ella, o porque nuestra propia personalidad no puede aceptarlo. Es algo quizás más elaborado pero esto nos puede ayudar a entenderlo por encima.

Todo esto espero que me ayude a comunicarte la responsabilidad que todos tenemos en las situaciones que vivimos. Y sin culpabilizarnos, buscar dentro, de qué manera las estamos replicando, tanto individualmente como en grupo, la humanidad a la que pertenecemos. Quizás como cultura acostumbramos a dejar para mañana lo que podemos hacer hoy y la vida nos obliga a ese recogimiento tan necesario para descubrirnos a nosotros mismos. A ahorrar para no despilfarrar energías en evadirnos de nosotros cómo explican ciertos psicólogos y guías espirituales. A no contaminar el planeta con nuestro sistema de vida consumista, etc.

Una idea que quiero invitarte a reflexionar es: ¿y si estamos enviando energías al mundo con nuestras emociones conflictivas y no gestionadas? ¿Te has parado alguna vez a pensar cómo las emociones que no reconoces o no manejas pueden llegar a influir en tu vida en particular y en la del planeta en general, cómo los juicios y las imágenes que creas cada día pueden estar materializándose en situaciones y cosas que aún no conocemos? El efecto mariposa y otros fenómenos. La frase: “Lo que CREES CREAS”, es muy potente y si lo miramos desde el punto de vista de las emociones no reconocidas también. Por eso los maestros espirituales están recomendando a las personas no seguir las noticias y reportajes alarmistas y agoreros que circulan por los medios de comunicación en general y en las redes sociales en particular.

Las imágenes que estaríamos creando nos influirían contrariamente a lo que buscamos. Para poner un ejemplo, si una persona no se sabe “influenciable” o hipocondríaca y ve imágenes de enfermos o escucha a personas del personal médico decir que no nos imaginamos lo que están viviendo, ¿cómo va a poder protegerse de su subconsciente y no reproducir los síntomas?

 

Pero no nos alarmemos, todo pasa por tomar una decisión y ahondar en nosotros mismos como hizo el psicólogo hawaiano e investigar dentro de los recovecos de nuestra personalidad y encontrar todo lo que nos está alejando de nuestro centro mas equilibrado y ecuánime que le puede dar a todas las emociones y energías internas su justo lugar y entendimiento. Para algunas personas puede ayudar compartir desde la vulnerabilidad y el reconocimiento con sus familiares mas cercanos, aprender a conversar y comunicarnos desde lugares que hasta ahora no habíamos transitado. La guía y el acompañamiento, por supuesto, es la vía mas aconsejable y efectiva, y en estos días que estamos en casa sería un momento ideal para tomarnos el tiempo para nosotros mismos, ya que solemos relegarnos hasta las últimas consecuencias y no valoramos lo suficiente la necesidad de encontrar el equilibrio a través del autoconocimiento que se requiere. Hasta ahora, muchos no sabemos la importancia de conocer esas energías que vamos “emitiendo” día a día, instante a instante, pero espero que estas circunstancias nos puedan ayudar si nos preguntamos ¿Por qué estamos, cada uno de nosotros, viviendo esta situación? ¿Qué deberíamos aprender de ellas?

Ibn Sina (980-1037), también conocido como Avicena, médico, filósofo persa y padre de la medicina moderna, escribió:

“La imaginación es la mitad de la enfermedad.

La tranquilidad es la mitad del remedio.

Y la paciencia es el comienzo de la cura”.

Te invito pues a conocerte, observarte y aprender a responsabilizarte de tu actuación en el mundo y de la creación de tu realidad.

 

Para terminar por hoy, quiero pedirte que nada de lo que yo te diga, aquí o en otros escritos o publicaciones –incluso nada de lo que nadie más te diga— te lo tomes como una verdad absoluta, indiscutible y/o perpetua. Sólo si resuena contigo lo podrás integrar a tu vida, a tu aprendizaje, si ese fuera el caso. La vida en su continuo movimiento y evolución puede darnos respuestas tan variadas y particulares como todos los cambios que ocurren en la naturaleza. De allí la importancia de la pregunta socrática para todo proceso de aprendizaje y auto-re-conocimiento. Siéntete libre de ser tú. A por ello si es lo que toca.

 

En estos tiempos difíciles, como coach me siento con la responsabilidad de acompañar y apoyar en las condiciones tan duras que estamos viviendo y quiero apoyarte con una sesión gratis online de 30 min, para que encuentres parte de las repuestas que estás buscando. Anímate y encuentra tus soluciones. Una abrazo virtual. ¿Para qué esperar más si el mundo no lo hace? Sin prisas pero sin pausa.

 

Artículo escrito por Lorelis Cova

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